Inspiraciones

Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. 





La mía sabe, sin embargo, que no podrá hacerlo. 




Pero su tarea es quizás mayor. 




Consiste en impedir que el mundo se deshaga. 



Heredera de una historia corrompida 




—en la que se mezclan las revoluciones fracasadas, 



las técnicas enloquecidas, 
los dioses muertos, 
y las ideologías extenuadas; 



en la que poderes mediocres, que pueden hoy destruirlo todo, 



no saben convencer; 







en la que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión—, 










esa generación ha debido, 
en si misma 
y a su alrededor, 


restaurar, 




partiendo de amargas inquietudes,






un poco de lo que constituye la dignidad de vivir y de morir. 








Ante un mundo amenazado de desintegración, 







en el que nuestros grandes inquisidores arriesgan establecer para siempre 







el imperio de la muerte, 







sabe que debería, en una especie de carrera loca contra el tiempo, 
restaurar entre las naciones una paz que no sea la de servidumbre, 





reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, 





y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la alianza. 










Albert Camus
Discurso al recibir el Premio Nobel De Literatura
1957
Estocolmo.